La estimulación temprana

lunes, 7 de julio de 2008

Rosina Uriarte

La Estimulación Temprana es un conjunto de juegos, ejercicios físicos y actividades que realizamos lúdica y atractivamente, de forma repetitiva y rápida. El objetivo es el desarrollo completo del niño y de sus capacidades, haciéndole más confiado, sano y feliz. Para ello ha de aprovecharse el momento en el que el niño tiene una mayor plasticidad y crecimiento cerebral, el momento en el que se adquieren las destrezas y habilidades que le acompañarán toda la vida. Coincide además con el momento en el que el niño tiene mayores ganas de aprender y de llevar a cabo cualquier actividad que los adultos le propongamos con la condición de nuestra compañía y atención.

Es precisamente por la edad del niño que la estimulación se llama "temprana". Actualmente se tiende a evitar el término "precoz" pues puede inducir a un error en el concepto de la misma, llevando a creer que se pretende que el niño llegue a realizar cosas antes de tiempo o para las cuales pueda no estar aún preparado. Contrariamente a este concepto falso, la estimulación temprana tiene siempre en cuenta el momento y la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño, con el fin de aprovecharla al máximo y hacer que el desarrollo en la misma sea el adecuado.

Otro error frecuente es confundir la estimulación temprana con la "atención temprana" o viceversa. La atención temprana está enfocada al tratamiento de niños con deficiencias o minusvalías y por lo tanto, lleva a cabo acciones dirigidas a la solución o mejoría de los problemas concretos de cada niño. La estimulación temprana, sin embargo, contempla el desarrollo del potencial completo de todos los niños sin excepción. Por supuesto, que en el caso de aplicarse a niños con deficiencias, deberá estar más enfocada en las mismas además de pretender el desarrollo global del pequeño.

Para comprender su concepto y sus objetivos, no hay nada mejor que conocer cómo nació la estimulación temprana. Fue hace ya varias décadas, en Filadelfia, donde Glenn Doman y su equipo llevaban años tratando a niños paralíticos cerebrales en los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano. Doman, fisioterapeuta de profesión, se dio cuenta de que masajeando piernas y brazos no lograría sanar a los niños con el cerebro lesionado. Con el tiempo y tras mucha investigación llegó a la conclusión de que había que imitar de alguna manera a la naturaleza en el desarrollo del cerebro. Así que empezaron a realizar con los niños cerebrolesos los movimientos que realizaba el bebé de forma natural en su desarrollo, sólo que lo hacían de forma mucho más intensiva, más repetitiva y constante. Obtuvieron así muchos éxitos al conseguir que estos niños fuesen más autónomos, algunos llegaban a desplazarse arrastrándose, otros a gatear e incluso los había que llegaban a andar. Tras lograr estos objetivos en la movilidad se propusieron metas cada vez más exigentes como enseñar a los niños paralíticos cerebrales hablar, a leer o conocimientos enciclopédicos y matemáticas… Muchos niños paralíticos cerebrales aprendían a hablar, incluso en varios idiomas y leían con más facilidad que niños completamente sanos. Los resultados que obtuvieron fueron tan asombrosos que no tardaron en llegar a la pregunta que daría lugar al nacimiento de la estimulación temprana: "Si somos capaces de lograr todo esto con niños con el cerebro lesionado… ¿Qué no lograríamos con los niños no lesionados?" Así fue como comenzaron a aplicarse las mismas técnicas a todos los niños.

A pesar de que se han realizado algunos estudios, los resultados no son aún concluyentes sobre los efectos de la estimulación temprana a largo plazo. Por supuesto, no existe la posibilidad de analizar los cerebros de los pequeños que han sido estimulados y compararlos a los que no han recibido esa estimulación, al igual que tampoco podemos volver atrás en el tiempo para comprobar qué hubiera sido del niño si no lo hubiésemos estimulado. Pero sí que existen experimentos con animales en los que se ha observado que los estimulados desde el nacimiento tenían después capacidades y habilidades mayores a los que no fueron estimulados. También se ha podido ver un mayor desarrollo en la masa cerebral y en las conexiones neuronales de estos animales.

El cerebro del bebé nace con una cantidad inmensa de células cerebrales, son las neuronas, esperando comunicarse entre sí y formar una intrincada red de conexiones entre unas y otras. Será este complicado entramado cerebral el que le permita realizar todas sus acciones y aprendizajes futuros, desde las habilidades más simples como respirar hasta las más complejas del ser humano como son la lectoescritura o el cálculo matemático, relacionarnos y controlar nuestro comportamiento y nuestras emociones. Podemos decir que nuestro cerebro lo es todo: nuestra forma de actuar, de movernos, de hablar, de aprender, de relacionarnos…

Pero estas conexiones neuronales no se dan por sí solas… El cerebro no se desarrolla gracias a un programa establecido por la naturaleza o por nuestros genes… El cerebro se desarrolla únicamente si lo usamos… Las neuronas solamente formarán circuitos y redes neuronales si son usadas y estimuladas de forma adecuada, con la frecuencia, la intensidad y la duración necesarias. Las que no se utilicen de esta manera, morirán y no podrán recuperarse. Suele decirse que nuestro cerebro se rige por un principio: "úsalo o piérdelo para siempre".

Así podemos afirmar que una de las principales metas de la estimulación temprana es la creación de nuevas conexiones y circuitos neuronales. De esta forma dotaremos al niño de unas herramientas que le serán útiles durante toda su vida. Para la adquisición de estas habilidades y capacidades hay un momento preciso y limitado, al igual que existe un momento para aprender a hablar u otro para aprender a caminar… Es lo que los expertos denominan "la ventana de oportunidad", una ventana que se abre en el momento del nacimiento y va cerrándose conforme nos vamos alejando de ese momento establecido por la naturaleza para acceder a estas habilidades. El período de máximo desarrollo neuronal llega hasta los tres años de vida del niño, a partir de esta edad decrece paulatinamente hasta los seis años, cuando el cerebro pesa ya el 80 ó 90% del peso del cerebro adulto y los mecanismos de aprendizaje serán los que prevalezcan ya en el futuro.

El potencial con el que nace un niño es enorme… la capacidad que llegue a desarrollar depende de sus experiencias en estos primeros seis años de vida. Por lo tanto, la estimulación de estos tempranos años juega un papel determinante en las capacidades que pueda llegar a desarrollar una persona.

Otro de los objetivos de la estimulación temprana es acercar al niño a intereses alejados de su entorno. Esto quiere decir que el niño tendrá la oportunidad de conocer cosas nuevas con las que no tiene contacto de forma habitual. Así podremos introducir al niño en el mundo de las ciencias, el arte, la naturaleza, la matemática, la música o un segundo idioma… De esta forma se pretende sacar partido al momento en el que la curiosidad infantil no tiene límites, creando en el niño intereses que pueda disfrutar toda su vida.

Uniendo el propósito de la conexión neuronal y el desarrollo de nuevas habilidades junto con la creación de intereses y el mantenimiento de la curiosidad, nos llevará a otro de los principales objetivos de la estimulación temprana a medio o largo plazo: evitar el fracaso escolar.

Los métodos utilizados son muy variados en cuanto al material y la forma de llevar la estimulación a cabo. Por un lado se realizan ejercicios físicos enfocados en el desarrollo del niño mediante movimientos que realiza el bebé de forma natural en su propio desarrollo: gatear o rodar hacia un lado y hacia el otro, por ejemplo. En la estimulación táctil se realizan masajes y efectos sobre la piel del niño, y para la estimulación vestibular se utilizan columpios y aparatos que hacen que el cuerpo del niño se mueva en diversas direcciones y posturas.
Para que la estimulación sea más efectiva, es muy importante utilizar la mayor cantidad de sentidos posibles, por ello se dice que debe ser multisensorial.

El material que se utiliza principal y más frecuentemente en la estimulación temprana es audiovisual. Éste lo componen imágenes claras y atractivas: fotografías y dibujos (los bits de inteligencia) y palabras escritas. En cuanto a la información auditiva, se trabaja con palabras en varios idiomas y con música. Y siempre que sea posible, recurriremos a objetos reales que podamos manipular.

Para el buen funcionamiento de la estimulación, es vital realizar las actividades de forma rápida (así evitamos que se aburra el niño y mantenemos su atención), atractivas (utilizando el material y el tono de voz adecuado que atraiga la atención de los pequeños) y de forma repetida (esto consolida el aprendizaje y las habilidades y crea circuitos y conexiones neuronales que se conservarán toda la vida).

Existen aún miedos y recelos en cuanto a la estimulación temprana debidos principalmente al desconocimiento de la misma. También alguna que otra crítica, aunque ninguna seria. A Glenn Doman, padre de la estimulación temprana, se le critica porque sus programas son muy duros y "exclaviza" a los padres pues éstos deben dedicar mucho de su tiempo libre... Lo más razonable es hacer lo que se pueda, cuanto más mejor… sin embargo, más vale hacer poco y hacerlo con ilusión y ganas. Así el niño disfrutará también.

Una crítica frecuente consiste en afirmar que los niños deben "jugar" y nada más hasta que no sean más mayores y comiencen sus obligaciones escolares. Esto es un error, primero: la estimulación temprana debe contemplarse siempre como un juego, y el niño la vive así... Segundo: el momento para hacer estas actividades son los primeros seis años de vida. Ya en primaria es tarde para muchas cosas... El desarrollo se completó ya en gran medida y la curiosidad y el interés indiscriminado por todo va disminuyendo de forma evidente.

También se tiene miedo a "sobreestimular" al niño. Quien comparte este temor no sabe que esto es sencillamente imposible... si hacemos las cosas mal se le puede aburrir, se le puede excitar, se le puede agobiar... pero si se hacen bien y el niño lo vive como un juego disfrutando de ello, no hay ningún efecto negativo, no tiene sentido pensar que pueda haberlo. Todos las consecuencias de pasar un buen rato con tu hijo enseñándole cosas nuevas y ayudándole en su desarrollo, serán siempre positivas.

BIBLIOGRAFÍA:

-"Cómo multiplicar la inteligencia de su bebé"
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-"Cómo dar conocimientos enciclopédicos a su bebé"
Glenn Doman
Ed. Diana
-"Cómo enseñar a su bebé a ser físicamente excelente"
Glenn Doman
Ed. Diana
-"Cómo enseñar a leer a su bebé"
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Edaf
-"Cómo enseñar matemáticas a su bebé"
Glenn Doman y Janet Doman
Ed. Diana
-"Hijos mejores"
Dr. Francisco Kovacs
Ed. Martínez Roca
-"El método de los bits de inteligencia"
Víctor Estalayo y Rosario Vega
Ed. Edelvives

author: rosina uriarte # via: bligter.com

Necesidades para los niños, cómo repartirlas.

viernes, 13 de junio de 2008


María Neira la Directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud nos indica cómo en países con altos ingresos, como España, "las personas cada vez comen más y realizan menos ejercicio, dando lugar al aumento de peso".

La dieta equilibrada es imprescindible pero no suficiente, y consecuentemente la Fundación Dieta Mediterránea nos recomienda la siguiente lista de actividades para niños:

* Moverse cada día: actividades válidas para padres e hijos como caminar, tareas del hogar, juegos activos o pasear al perro.
* 3-5 veces a la semana como mínimo 20 minutos cada vez: actividades y deportes vigorosos como fútbol, patinaje, ciclismo, natación…
* 2-3 veces a la semana: actvidades para potenciar la flexibilidad y la fuerza como baile, flexiones, psicomotricidad, artes marciales…
* Menos de 2 horas: ver la televisión, jugar con juegos electrónicos y con el ordenador.

Nosotros como padres nos deberíamos hacer dos preguntas:

1. ¿Predicamos con el ejemplo, el método más eficaz de enseñanza?
2. ¿Damos suficientes oportunidades a nuestros hijos de moverse, saltar y en el fondo de ser niños, o les sometemos a rígidos horarios de colegio y actividades extra-escolares no físicas?

RAD, Trastorno de vinculación reactiva en la niñez

lunes, 9 de junio de 2008

Definición

Es una perturbación de la interacción social debido al descuido de las necesidades básicas de orden físico y emocional del niño, en especial durante el primer año de vida.

Los bebés dejados en orfanatos en el momento de nacer y criados por múltiples tutores, pero sin la figura importante de los padres, también pueden presentar este trastorno, incluso así hayan recibido el cuidado físico adecuado.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El trastorno de vinculación reactiva es causado por el descuido de las necesidades de un bebé con relación a la seguridad física, el alimento, el contacto y los lazos emocionales con un tutor ya sea primario o secundario.
El riesgo de descuidar al bebé o al niño aumenta con el aislamiento de los padres, la falta de destrezas para criar al niño, el hecho de ser padres adolescentes o de tener un tutor mentalmente retardado. El cambio frecuente de tutores (por ejemplo, en orfanatos u hogares sustitutos) es otro factor que contribuye a ocasionar este trastorno.
Los niños adoptados de orfanatos extranjeros resultan comúnmente afectados, particularmente si fueron alejados de sus padres biológicos durante las primeras semanas de vida.

Síntomas

Del niño:

  • Resistencia a la interacción social
  • Búsqueda de aislamiento
  • Resistencia al consuelo
  • Evasión del contacto físico
  • Rechazo al tutor
  • Sociabilidad indiscriminada con extraños
Del tutor:

  • Descuido de las necesidades emocionales básicas del niño tales como bienestar, estimulación y afecto
  • Descuido de las necesidades físicas básicas del niño, tales como alimento, aseo y juego
Signos y exámenes

Una historia y un examen físico completos, al igual que una evaluación psiquiátrica pueden ayudar a diagnosticar este trastorno.

Tratamiento

El tratamiento contempla dos aspectos: el primero es garantizar que el niño esté en un ambiente seguro donde tenga satisfechas sus necesidades físicas y emocionales y, una vez que se ha logrado esto, el siguiente paso es modificar la relación entre el tutor y el niño, en caso de que el primero sea la causa del problema. Unas sesiones de adquisición de destrezas con respecto a la crianza apropiada pueden ayudar con este problema, ya que dichas destrezas le dan al tutor la capacidad de satisfacer las necesidades del niño y ayuda a establecer lazos afectivos con él.
El tutor debe someterse también a una asesoría para solucionar cualquier problema actual, como drogadicción o violencia familiar. Los servicios sociales de protección del menor deben hacer un seguimiento a la familia para garantizar que el niño esté en un ambiente seguro y estable.
Los padres que adoptan bebés o niños pequeños de orfanatos extranjeros deben ser conscientes de que esta situación puede suceder y ser sensibles a las necesidades del niño con relación a la constancia, al afecto físico y al amor.
Este tipo de niños pueden sentir miedo de la gente y al principio sentirse abrumados con el afecto físico. Los padres deben tratar de no sentir esto como un rechazo, dado que es una respuesta normal para alguien que ha sido maltratado para evitar el contacto. Con frecuencia, se deben dar abrazos, pero sin forzarlos.
Se debe realizar una amplia evaluación de la salud mental, que puede servir para el desarrollo de un plan de tratamiento.

Expectativas (pronóstico)

Los resultados se pueden mejorar con la intervención adecuada.

Complicaciones

Si esta condición no se trata, puede afectar permanentemente la interacción social del niño y puede tener relación con el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad y otros problemas sicológicos.

Situaciones que requieren asistencia médica

Este trastorno se identifica generalmente cuando se reconoce un padre (o padre potencial) que está en alto riesgo de descuidar al niño o cuando un padre adoptivo tiene dificultades para manejar a un niño recién adoptado.
Se debe acudir al médico si se ha adoptado un niño recientemente de un orfanato extranjero u otra situación en donde se haya presentado descuido y el niño exhibe estos síntomas.

Prevención

El reconocimiento oportuno de este trastorno es muy importante para el niño. Una vez que se identifica el riesgo de descuido que puede sufrir el niño por parte del padre, se le debe brindar una capacitación sobre los cuidados durante la crianza. Al paciente se le debe hacer un seguimiento, ya sea por parte de un trabajador social o de un médico para garantizar la satisfacción completa de las necesidades del niño.

Preparándose para encontrarse con su madre biológica

lunes, 2 de junio de 2008

Es común que quienes han sido adoptados sientan la necesidad de encontrarse con su familia biológica. Si este es su caso, no deje de leer la siguiente nota, donde le brindamos algunas claves para preparar el (re)encuentro



Por supuesto, nadie puede saber bien lo que significa ser un hijo adoptado, salvo otra persona que también haya sido adoptada, puesto que en estos casos la experiencia es fundamental para el conocimiento. Sin embargo, si se puede, en base a testimonios de otras personas, ayudar a cada una de las partes a comprender mejor su propia situación, para que ambas puedan comprender lo mejor posible como enfrentar esta dificultosa y emocionante situación. Por eso, de lo que le hablaremos aquí es de que medidas tomar antes de encontrar a la madre sanguínea, y no de atenuar o minimizar el sufrimiento que pude provocarle su condición de hijo adoptado.

Si desea sinceramente encontrar a su madre biológica, estará interesado en estas pautas.

En primer lugar, debe saber que la experiencia de la adopción es tremendamente traumática para cada miembro de la familia, y no sólo para los hijos adoptados. En general (aunque no siempre), las madres sanguíneas saben, o intentan entender, el dolor y la pérdida de sus hijos adoptados, aunque aquellas que buscan a sus hijos perdidos, deben ser igualmente informadas y atentas con respecto a las sensaciones, deseos y necesidades de su hijo ya adoptado, para cuando se encuentre con el o ella. Por lo tanto, estas mujeres deberían ser educadas, y estar al tanto de ciertas medidas al respecto.

Sin embargo, la realidad marca que lo más común, es que sean los adoptados quienes deban enfrentar, reconocer y validar completamente la relación con su madre, aunque eso no significa que todo corra por cuenta de ellos, ya que la madre misma también tendrá muchas responsabilidades en el éxito del encuentro, y esto es algo que no está al alcance de los hijos.

Preguntas fundamentales

Su madre sanguínea pudo haber sufrido de una manera tal, que puede resultarle casi imposible relacionarse con ella sin un gran esfuerzo de su parte. Por eso, tenga en cuentas hacerse estas preguntas antes de comenzar la búsqueda:

1. ¿Podrá asimilar el cambio que se producirá en su vida? Será fundamental que esté dispuesto a prepararse emocionalmente, antes de hacer el primer contacto con ella, pues su madre probablemente retornara a muchos de sus viejos traumas, cuando usted la encuentre.

2. ¿Se siente listo para manejar esta situación? ¿Su actitud será de apoyo y ayuda, o su deseo es que ella resuelva todos los problemas que significó su vida de adoptado? Tenga en cuenta que encontrar a su madre, cambiará totalmente su vida, haciéndola sufrir en algunos casos una especie de regresión.

3. ¿Se encuentra dispuesto a darle el tiempo y espacio necesario para recrear una relación profunda? Su llamada telefónica o carta, por sí solas,–sin importar lo que sea que desea (incluso si es solamente información médica)– será casi como un terremoto para ella y su familia.

4. ¿Tiene en claro qué es lo que realmente desea? ¿Está preparado y dispuesto a aceptarla, incluso si ella no es emocionalmente capaz de hacer su necesaria parte para lograr la clase de relación con la que usted siempre había soñado?

5. ¿Tiene muchas expectativas? ¿Cuáles son? (ayudaría mucho que las escriba). ¿Podría serle muy duro, decepcionante, y difícil de aceptar que las mismas no se cumplan?

6. ¿Ha hablado con otras madres que hayan tenido que dar sus hijos en adopción, especialmente en el mismo tiempo que su madre? ¿Entiende el estigma que significaba en ese tiempo ser una chica o mujer embarazada y soltera? ¿Sabe que si ella estaba en la secundaria o en los primeros años de la universidad, podría haber sido echada, y que sus padres también la podrían haber echado de la casa? ¿Qué a causo de esto pudo haber perdido su reputación, amigos, novio, graduación, juventud y e inocencia, es decir un tiempo especial de la vida que nunca puede ser recuperado?

7. ¿Sabe lo que eran las “clínicas de madres solteras”? Si su madre sanguínea debió alojarse una “clínica de madres solteras”, muy posiblemente también haya atravesado un período de aislamiento durante su último trimestre de embarazo, literalmente oculta de la sociedad, en lugares e instituciones muy densas y aburridas. Más que para ocultar la vergüenza de la familia y redimirla, estos lugares eran como un castigo a sus acciones.

8. ¿Siente que su madre adoptiva lo ha abandonado y rechazado desde su nacimiento? ¿Entiende que a menos que su madre lo haya dejado en la puerta de una casa o iglesia, probablemente no sienta que lo abandonó o rechazó? Cuarenta o cincuenta años atrás, era muy común que una madre soltera debiera entregar a su hijo adopción. Todas las figuras más respetada y con más autoridad a su alrededor (padres, profesores, curas) le dijeron que lo más seguro y beneficioso sería entregar a su bebé a gente buena y moral.

9. ¿En lo profundo de su alma, la odia secretamente por entregarle en adopción? Si la respuesta es sí, entonces necesitará trabajar ese resentimiento y amargura antes de intentar entrar en contacto con su madre. Para esto, deberá conseguir el asesoramiento de un terapeuta calificado que se especialice en temas de adopción, particularmente si usted es hombre. Algunos hombres adoptados en su infancia han ocultado la bronca, incluso la rabia, hacia sus madres sanguíneas durante toda su vida, aunque no están completamente enterados de esto (y sí la rabia está allí, emergerá después de la reunión). Las mujeres están generalmente más en contacto con sus propias sensaciones, y por lo tanto tienen menos problemas para reconocer y ocuparse de su bronca, aunque cierto es que tampoco son inmunes a la misma.

Entendiendo las variadas y únicas experiencias por las que suelen atravesar las madres que han dado a su hijo en adopción, usted estará mejor preparado para cuando se encuentre y hable con su madre sanguínea. Por eso, la preparación para el encuentro tiene una suma importancia. Tenga en cuenta que nunca se está demasiado preparado para enfrentar estas particulares situaciones, pero eso no implica que uno no se pueda predisponer lo mejor posible, sobre todo teniendo en cuenta que la falta de adecuada preparación podría causarle varios problemas en su nueva relación con su madre sanguínea.

Tomando algunas de las siguientes medidas, podrá hacerlo mucho mejor. Recomendamos mucho que cualquier adoptado, en las etapas finales de su búsqueda, y antes de hacer el contacto inicial con su madre sanguínea, realice una amplia introspección sobre su persona. De hecho, sería fundamental que antes de tomar el teléfono o un bolígrafo tenga en cuenta:

Sus fantasías

Derribe cualquier mito, imagen o fantasía construida durante toda su vida con respeto a su madre sanguínea. Nadie puede sobrevivir a una fantasía, especialmente alguien con el que se deberá comenzar a mantenerse un contacto estrecho. Trate de estar listo para aceptarla de la manera en que ella es, porque muy probablemente no sea quien usted deseó, esperó o fantaseó que sería.

Sus expectativas

No deje que la posible decepción frente a alguna de sus expectativas, afecte la nueva y flamante relación que comenzará a mantener con su madre sanguínea. Ella puede ser una persona muy afectuosa, lista para mantener una relación íntima o cercana con su persona, o bien puede ser alguien muy reservado, dudosa incluso del hecho de conocerle. Trate de no tomar está último actitud como algo personal hacia usted: cualquier madre ama a su hijo, y si no puede demostrarlo, es sólo por dificultades emocionales que ella sufre más que nadie (cierto, es más fácil decir esto que aceptarlo en carne propia, lo sabemos).

Pero no deje que los posibles conflictos emocionales o de comunicación corten definitivamente la posibilidad de comenzar una relación, aunque el contacto no sea más que por carta, llamadas telefónicas, e-mail, o faxes. Si ella le pide un cierto tiempo para prepararse y observar lo que sucede, déselo, y no piense lo peor, creyendo que ese pedido tiene que ver con una falta de interés hacia su persona.

Estar preparado para lo inesperado

Muy probablemente, a diferencia de usted, su madre sanguínea no haya tenido la preparación mental, emocional o espiritual para enfrentar este acontecimiento trascendental. Algunas madres sanguíneas tampoco tienen muy en cuenta todo lo que han sufrido y sufren sus hijos dados en adopción durante sus búsquedas y potenciales reuniones. Muchos años atrás, en algún momento de sus vidas, también pudieron haber echado de menos a sus hijos, solamente recordándolos para su cumpleaños (o ni siquiera en esos momentos). Pero incluso si su memoria está fresca, y piensan en sus hijos diariamente, la reaparición de los mismos en su vida seguramente será una disrrupción muy importante, que les traerá a la mente una gran cantidad de recuerdos, los cuales podrían llegar a desestabilizarlas emocionalmente. Y el hecho de que sean, de forma repentina, empujadas al pasado y a volver a vivir la pesadilla que pudo haberles significado la puesta en adopción y las dolorosas pérdidas, pueden provocar que, pese a su voluntad consciente, sean algo resistentes al encuentro.

Ellas necesitan que la gente de su alrededor les dé comprensión, compasión y paciencia. Pero algunas veces, sus seres más amados, generalmente su marido e hijos, pueden no estar dispuestos, o no ser capaces, de convertirse en ese apoyo. Y si su sistema de ayuda es débil, volverán a sentirse tan solas como cuando debieron entregar y abandonar a sus hijos. Si éste es el caso, la peor cosa que usted puede hacer es presionarla y apurarla a retomar la relación.

Todas las relaciones requieren de madurez, respeto mutuo, aceptación total, perdón completo y amor incondicional, pero una reunión de hijos dados en adopción y madres sanguíneas requiere de aún más.

Su madre sanguínea puede darle la bienvenida con los brazos abiertos, sin ambivalencia o dudas; también podría rechazar conocerle, sin algunas reservaciones o imposiciones; o bien puede estar en medio de un estado de ambigüedad, confusión y emociones mezcladas.

Usted no sabe lo que encontrará, y es por eso mismo que desde aquí insistimos en que se tome su tiempo, se prepare, hable mucho con otras madres que hayan dado a sus hijos en adopción (especialmente por la misma época) y otros hijos adoptados que hayan tenido una reunión conjunta, y esté listo para cualquier cosa que suceda, antes de hacer el primer contacto. Luego, tome una respiración profunda y preparase a todo, porque si usted la encuentra, seguramente atravesará uno de los momentos más intensos de su vida.

Posible causa de transtornos de aprendizaje y conducta

viernes, 30 de mayo de 2008

Es un documento en formato pdf. Para leerlo se necesita el programa Adobe Reader ©. Si no lo tenéis, podéis descargarlo gratuítamente pinchando aquí.


http://www.sccalp.org/boletin/197/BolPediatr2006_46_200-203.pdf

Historia de vuelta a los orígenes

miércoles, 28 de mayo de 2008

Testimonios: Mamá Jacinta
escrito por Judith Sanders
sábado, 12 de mayo de 2007
Johann Bauer se identifica con pasaporte alemán, sin embargo, sus rasgos físicos, delatan su origen andino. Johann, ya no recuerda, el día que su madre en Perú, decidió darlo en adopción. Él ha tenido una familia, que le ha brindado una niñez feliz. Sin embargo, nos cuenta que siempre sintió la rara sensación, que su madre peruana, lo esperaba. Cuando alcanzó la mayoria de edad, tomó un vuelo que lo llevaría a vivir, como el dice, su “segundo nacimiento”, cuando conoció a su madre, y a sus 10 hermano peruanos...
Johan acaba de cumplir 24 años, tiene una mirada tímida, que se acentúa con sus negros ojos aguileños. Cuando llega a un lugar de habla hispana, se dirigen a él, hablándole en español, un idioma que ha empezado a aprender, cuando decidió cruzar el Atlántico en busca de su madre. Con ayuda de sus padres adoptivos, se comunicó con el convento, que hizo de intermediario para su adopción y las monjas no dudaron un instante, en brindarle ayuda, despolvaron actas, recorrieron pueblos y dieron con Jacinta Chuquillanqui Llauca.



Habían pasado muchos años, desde el día, en que Jacinta tuvo que entregar a “mejores manos” a su bebé, apoyada por estas religiosas. Jacinta relata, que cuando vió en Diciembre del 2003 a una monja en la puerta de su casa, sintió que había recuperado a su hijo:

La situación económica de aquellos tiempos era dura, lo que ganaba, no bastaba para alimentar a mis hijos. Esperaba mi octavo hijo y en lugar de sentirme feliz como toda madre, que espera un bebé, yo sentía preocupación. No tenía trabajo, lavaba ropa en un hotel, y la paga no cubría ni para el alquiler. Cuando nació Baltazar (Johann), tuve la visita de unas monjitas, quienes sabían de mi situación y me propusieron entregarles el niño, para darlo en adopción a una pareja que no podía tener hijos. Lloré mucho, pensaba que Dios me castigaría, pero también empecé a pensar que tal vez, mi Baltazar, gozaría de una mejor vida y precisamente, eso era lo que yo no le podía ofrecer. Con esta propuesta, su destino sería diferente al mío, aunque lejos de su familia.



Johann, se crió en el norte de Alemania, sin contacto alguno con el país que lo vió nacer. Cuando su madre adoptiva, Gudrun, viajó a Perú en 1983, había perdido las esperanzas de un embarazo y hasta ese entonces nunca había pensado en una adopción, como alternativa. En Perú, Gudrun visitó a una amiga de su madre, que como monja, había decidido hace muchos años, dejar Alemania y dedicarse a servir a Dios en un convento andino. En conversaciones, ella le confió a la monja la razón, por la que ella no podía tener hijos. La monja, le informó, de la situación de muchos niños que necesitan de una familia y que si había pensado, como alternativa, en la adopción. Gudrun Bauer, volvió a soñar, como tantas veces lo había hecho. Tener un niño en los brazos y considerarlo suyo, había siempre sido su deseo. Ella y su esposo no pudieron conciliar el sueño, aquella noche de gran decisión.

Alargaron su estadía en Perú y las monjas del convento empezaron a ver los casos más necesitados del pueblo. Gudrun, tenía sentimientos encontrados, por un lado se sentía feliz, por otro, pensaba que era un sueño y muchas veces sintió estar cometiendo un acto criminal:



Cuando viajé a Perú, no lo hize con el propósito de adoptar un niño y nunca pensé, que iba a regresar con un precioso bebé en brazos, mi bebé. Llamé a mi madre, tenía ciertos temores de que la idea no sea apoyada o tal vez, no deseaba ser juzgada. Mi madre, adoptó en aquel instante, su posición de abuela. Esto me reconfortó mucho. Tomó un vuelo y llegó a Perú días después. Mientras yo esperaba, imaginándome como iba a ser mi bebé, puedo asegurar, que fué, como una espera de embarazo. Si, así me sentí. El día, que ví a Johann por primera vez, estaba envuelto en una colorida manta, dormía placidamente y pensé, que nunca había visto en mi vida, un ser más bello que ese. Tuve temor de tomarlo en mis brazos y me rechazó, con sus dos meses de vida. Pero cuando lo arrullé en mi regazo, pensé ver una sonrisa en él y desde aquel instante, sentí, que era una persona realizada, que no me faltaba nada en la vida para ser feliz. Johann, ha sido mi felicidad, la luz en mis días oscuros. Con esa sonrisa, olvidé todas esas heridas, que tenía mi alma, hechas en el cruel camino hacia la busqueda de la maternidad.



Cuando Johann tenía 5 años, empezó a preguntar, porque él era fisicamente diferente a sus padres. A lo que le explicaron, que era un niño adoptado. Para él, fué un tema sin problemas, hasta que llegó a la adolescencia. Tenía miedo herir a su madre adoptiva, si le confesaba que deseaba conocer a su madre biológica. Un invierno, Johann se encontraba con sus padres de vacaciones, esquiando, como todos los inviernos, en los alpes austriacos. Mientras desayunaban, Gudrun preguntó: - ¿Johann, desearías conocer a tu madre?- Esta pregunta fué un golpe para el chico, que según nos cuenta, lo deseaba en secreto:



Cuando mi madre Gudrun, me preguntó, si deseaba conocer a mi madre biológica, pensé espontáneamente en mentir y decirle que no, pues tenía miedo lastimarla y herir a la persona que había hecho de mí, un niño feliz. Siempre que miro hacia el horizonte del pasado, me recuerdo cogido de su mano. Pero me dí valor y le dije que sí y cambié de tema. Mi madre Gudrun, es la persona que mejor me conoce; esa noche me confió que ella también quería conocer, a tan valiente mujer que por amor a su niño, había renunciado a él. Esas palabras, hicieron que admirara más a mi madre biológica.



Gudrun y Johann llegaron a Perú en enero del 2004. Ambos se sentían nerviosos. Para Jacinta, el encuentro con su hijo, significaba, estar perdonada por el destino. Ese día habían llegado todos sus hijos y esperaban con gran algarabía, la llegada de Baltazar, la familia volvía a completarse. Jacinta, al ver entrar a Baltazar, lloró pidiéndole perdón y nos cuenta:

Cuando Baltazar cruzó el umbral de mi casa, recordé el momento en que lo entregué, creo que hasta pensé que no había cambiado. Era, pues, mi bebé, el que tenía al frente. Después de unos minutos, pensé, que era alto, buen mozo, elegante. Tuve miedo, a los reproches, a que no comprendiera porque lo entregé, que me ví obligada a darlo en adopción. Desde ese día, hemos permanecido en contacto, nos envía fotos, nos llama por teléfono, y ahora ya habla español. Soy una mujer afortunada, pues he recuperado a mi hijo, por fín terminaron las noches, en que no podía conciliar el sueño, preguntándome dónde está.

Johann Bauer, se considera un hombre con suerte. No reprocha, tampoco se siente defraudado. Ha tenido la suerte de crecer con una madre, que lo consideró, el hijo que ella siempre quiso tener y también la suerte de haber conocido a su madre biológica. Él reside en Alemania, y a la pregunta, de si se consideraba peruano o alemán, responde:

Me consideré un alemán toda la vida, hasta el día que conocí mis raíces, desde ese día, siempre respondo que soy peruano, en realidad, siempre lo he sido, pero ahora lo soy de corazón



Un agradecimiento especial a Johann Bauer (Baltazar), su madre adoptiva, Gudrun Bauer y su madre biológica, Jacinta Chuquillanqui Llauca (desde Perú) por habernos confiado su conmovedora historia, que está dedicada a nuestros lectores, por este día tan especial “el dia de la Madre”.





Responsable de la traducción al español, recopilación de datos y redacción de Judith Sanders.

Testimonio de un hijo adoptivo ya adulto

lunes, 26 de mayo de 2008

El pelo negro y rizado de Pablo Lazaro Ricra, nos hace recordar a Diego Maradona en sus buenos tiempos y más aún, si lo vemos en acción detrás de la pelota y en una cancha de fútbol. Sus dotes deportistas, lo llevaron a formar parte del Club juvenil de Werder Bremen y ser considerado como un jugador con talento. El siente, que en momentos cuando practica deporte, corre por su venas sangre peruana como torrente de energía latina. Pablo Lazaro, ha nacido en Wayllay-Perú. Su madre abandonó el hogar después de su nacimiento, pasando de inmediato a un orfanato. Ahora que él se ha convertido en padre, no puede entender, este acto, que decidió su destino.

Esta es una historia real, el testimonio de Pablo Lazaro, peruano de nacimento y criado por una familia alemana:


“Llegué al orfanato La Misión Suiza en Huariaca, el mismo día de mi nacimiento, donde fuí atendido por Helga Reuhl, alemana y vedada de tener hijos biológicos, quien junto con su esposo, trabajaban en la misión. Entre Helga y yo, se desarrolló un vínculo especial, yo la consideraba mi madre y ella, casi sin quererlo, empezó a verme como su hijo. Poco después llegó una niña huérfana, llamada Patricia y con ella éramos, los más pequeños del grupo y los “predilectos” de Helga. Nos atendía con amor y paciencia. Esto, no estaba bien visto por los directores de esta institución. Según las reglas dadas, no se debía mostrar preferencias, entre lo niños. Así que la pareja alemana reciibió la orden de traslado a Lima.

Con mis pocos años, volvía a perder a mi madre, por segunda vez"

Cuando nació la hija de Pablo, él estaba seguro que ella recibiría una vida feliz, al lado de sus padres. Las cosas transcurrieron de otra manera a las planeadas, ya que poco después se divorció. Sin embargo, trata de ocuparse de Inka Julisa, su primogénita, cada vez que puede. Pablo, hace una pausa y recuerda, que sucedieron situaciones, que quedaron marcadas en su vida. El sabe por experiencia propia, que los malos recuerdos en la inocencia de la niñez, no se borran jamás, pués el mismo vivió pasajes dolorosos a temprana edad, que los cuenta con cierta amargura:



“Mientras Helga y Gehard Reuhl se encontraban en Lima, el orfanato me comunicó, que tenía que empacar, pués iba a visitar a mi familia. Lo que yo no sabía, era que regresaba a Wayllay, de vuelta con mi famillia. Los primeros días, los pasé con mi abuela paterna. Luego me trasladaron, a casa de mi padre, al cual recién conocía y quien tenía dos niños y cuya esposa, no me aceptaba. Una noche, mi padre me despertó, caminamos toda la noche, viajamos en tren, a veces tenía él que llevarme en brazos, pues con mis 4 años, un viaje así, era muy duro. Aún recuerdo con temor aquella caminata, a través de los Andes, a cinco mil metros de altura. De regreso al orfanato, me sentía desorientado, extañaba a mi “madre” Helga, no lograba comprender los continuos cambios. Cuando la pareja Reuhl, se enteró de lo que me había pasado, llegó al orfanato, y pidió la custodia para mi y Patricia, llevándonos a Lima, a un lugar agradable en pleno corazón de Monterrico”




Pablo, recuerda con alegría los días al lado de su madre Helga, quien desde ese momento, trató a los niños, como sus propios hijos. La pareja enfrentó una serie de trámites y papeles, para obtener la custodia de los niños. La misión los despidió del trabajo, debido a este comportamiento.

En 1978 los Reuhl con sus hijos, Pablo Lazaro, y Patricia Gomez Jirón arriban a Alemanía. En el corazón de Pablo, anidan sublimes recuerdos, al lado de sus padres alemanes, nunca los vió como adoptivos. Al fin y al cabo, Helga fué la madre que lo antendió desde su primer día de vida. Helga decidió, que Pablo, conservaría su nombre y apellido peruanos, para que alguna vez, pudiera dárselo a sus futuros hijos.

Cuando Pablo tenía 25 años de edad, Helga murió. El impacto que esto le causó, dejó un vacío en su alma. Èl, ahora siente que es una lástima, que Helga no haya llegado a conocer a su hija Inka Julisa, que hoy tiene 5 años de edad. A la pregunta, de en qué momentos la recuerda en especial, responde:



“Después de cada discusión, clásica de hijo y madre, ella me repetía, que yo era lo que ella más quería y que deseaba, siempre protegerme, y yo me sentía feliz de ser su hijo y me consideraba con suerte, de tenerla como madre. Para mí, no ha significado nunca, un problema hablar de mi adopción, tal vez, ella con su ternura, me dió seguridad. Nuestra relación fué especial y siempre he sentido que he tenido una sóla madre, MI MADRE ALEMANA. Ella ocupará siempre un lugar especial en el mar de mis recuerdos”



Con 18 años, recuerda que le llegó un comunicado del consulado peruano: él debía, como peruano aún, cumplir con el servicio militar. Él se negó rotundamente, tenía temor de viajar a un país, que le era ya desconocido y en donde además, según las noticias de aquellos tiempos, azotaba el terrorismo. De una cosa estaba seguro, si visitaba Perú sería con un pasaporte alemán. Ahora tiene ese pasaporte y también los deseos de realizar un viaje a su lugar de origen; al lado de Inka Julisa. Dentro de esos planes, no está, el querer conocer a su madre biológica, simplemente rechaza la idea.



La razón por la que siempre se sintió alemán, fué porque dentro de su familia alemana, no tuvo oportunidad de conocer a compatriotas peruanos. Por el momento está aprendiendo español y desde hace dos años, reside en el norte de Alemania, en un bonito pueblo llamado Kirchlinteln y su hija ocupa buena parte de su tiempo libre. Últimamente desea establecer contacto con peruanos. Cuando ve partidos de fútbol, de equipos con jugadores peruanos, se siente solidario y apoya a éstos y se divierte cuando le dicen que puede pasar como el “doble” de Maradona.



Un agradecimiento especial a Pedro Lazaro Ricra, por habernos hablado de sus sentimientos y del camino que recorrió, desde su primer día de vida, de la mano de su madre alemana “Helga”, a quién el vé como su única madre.



Responsable de la traducción al español, recopilación de datos y redacción de Judith Sanders.